sábado, 26 de octubre de 2013

Y sigue la mata dando

Ahora si, ¿cómo no?. Un nuevo proceso, un nuevo técnico, una nueva esperanza.
Fucking bullshit niños.
¿De qué re ríes?

Después de varios entrenadores pasar por el paredón de fusilamiento, el Tri prueba con quien sonaba desde hace varios meses, el entrenador que según Ricardo Peláez es "el más chingón": Miguel "el Piojo" Herrera.

Obviamente como todo aficionado al fútbol quiero que el representativo de mi país vaya a la Copa Mundial en Brasil, pero que no manchen. Estamos viendo una realidad que nos hemos negado a ver desde hace mucho tiempo, la selección mexicana para los directivos y empresarios que están tras de ella solo es una gallina que da huevos de oro, nada más.

Lo deportivo que se joda, los millones que generan nuestros paisanos cruzando el Río Bravo, los millones que genera la Liga MX, los millones que generan los patrocinadores que visten, rasuran y comunican a la selección nacional y que inundan los medios masivos de comunicación, es lo que de verdad les importa a los altos mandos, entre ellos, el señor Emilio Azcarraga.

¿Por qué es tan importante la selección nacional de México?
Pues por varias razones, una es que es de las que mayor y mejor (si hablamos de poder adquisitivo) afición tiene en el planeta, todos los taqueros del país, todos los paisanos, todos los empresarios y empleados ahorradores van al mundial a ver los primeros tres partidos de México en el mundial, sin cifras exactas me atrevo a decir que compiten con todos los países (incluído Brasil) que han ganado copas del mundo, lo curioso es que México nunca ha ganado nada.

Hay algo de cierto en el documental Oro: El día que todo cambió, que produjo Coca-Cola junto con la FEMEXFUT en 2012, cuando México ganó la medalla de oro en Londres. La selección es un reflejo de nuestro imaginario colectivo.
Millones de mexicanos se vuelcan sobre 11 hombres dentro de una cancha persiguiendo un balón, no solo porque es su deporte favorito, porque este jugando su atacante favorito o porque le guste la camiseta. Hay generaciones y generaciones, padres e hijos conectados por el fútbol. La camiseta heredada de un club, un momento en sus infancias, en sus juventudes, una alegría y sobre todo esa aspiración a ser reconocidos en un lugar que no es esta tierra llena de nopales.

La aspiración a que una parte de nosotros logre algo que en un día normal no se logra, un triunfo en los ojos de todo el mundo. Y aunque se oiga muy romántico y fanboy, cuando gana México ganan todos.

No se vale detener el jale por 90 minutos, que sea por 180 y ya después hablamos de nuestras desgracias.

Que suba el gas y los impuestos, pero que el balón nunca deje de rodar.

Un saludo.