sábado, 4 de enero de 2014

Maldita sea, empezó el futbol


Llegó el momento en el cual uno se da cuenta que es un hombre normal, común y corriente. De esos que les vale un kilo de chosto la reforma hacendaria que eventualmente le afectará.

Me cae que si le suben los impuestos hasta el 50% a las papitas botaneamos con frutas secas. Y es que al mexicano (concretamente al norteño) se la suda por delante y por detrás todo el asunto de la administración pública, la política y la sociedad. Cada 6 años pensamos mas o menos a quien poner en la silla y al día siguiente si alguien nos pregunta qué opinión tenemos de tal o cual decisión del presidente con una actitud altanera decimos:
"Que haga lo que quiera, para eso le estoy pagando".

O por lo menos eso parece, y es normal hasta cierto punto estar descontento con la mayoría de las cosas que pasan en el gobierno federal o local de tu país, es normal que te quejes de tanto que se te esta sometiendo a punta de impuestos, represiones y violencia, pero a veces cansa que todo el tiempo te estén diciendo que debes estar en desacuerdo.

No me malinterpreten, lo que digo es que en una democracia (de ficción) como la nuestra es natural estar de acuerdo y en desacuerdo también. La actitud contra la gente que le es indiferente la política por ser en muchos casos falsa, mentirosa e inútil es del grado de una cacería de brujas, al punto que si tu subes un comentario de la última jornada del futbol mexicano o de un partido de la selección se te señala de traidor a la patria, de asesino de los niños de la guardería ABC y de amante de EPN.

Me encanta el futbol, me encanta ver los partidos, todos, no solo los de mis Chivas (que andan muy mal, lo se) pero no por eso dejo de ser un ciudadano.

Dicen falsamente que "nos quitaron el petróleo mientras veíamos el futbol" y en todo caso aunque hubiera sido así, la mayoría de quien pone ese tipo de posts en las redes sociales no tienen idea de lo que pasa afuera. En las calles esta el verdadero ciudadano responsable. El que no paga mordida, el que denuncia a sus gobernantes a la cara, en los medios como el periodista que es valiente como San Juana Martínez, el comentarista que no es tendencioso con una empresa como Alfredo Domínguez Muro, gente ejemplar y anónima que ayuda todos los días para hacer a su familia mejor, a sus hijos. El padre que enseña a un niño a no mentir predicando con el ejemplo, la madre soltera trabajadora que sale adelante e incluso las familias completas que han tenido que dejar su pequeña empresa por culpa de las amenazas del narco, todo por no ayudar a vividores y criminales. Cada que alguien le dice a su compadre que es mejor ser jodido a ayudarle a los malos a ganar. Esos son ciudadanos responsables y no esos individuos que crucifican a todo aquel que le gusta el deporte, la tele o el entretenimiento comercial.

Si vas a protestar defiende tus ideas, no ataques las de los demás.

Y parafraseando a mi Frida Kahlo:
A veces prefiero hablar con futboleros y no-lectores que con esa gente estúpida que se hace llamar gente culta.


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